>HUMILLÁNDONOS ANTE DIOS

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HUMILLÁNDONOS ANTE DIOS

SALMO 51

1 TEN piedad de mí, oh Dios, conforme á tu misericordia: Conforme á la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones; Y mi pecado está siempre delante de mí. 4 A ti, á ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos: Porque seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. 5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. 6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo: Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 7 Purifícame con hisopo, y será limpio: Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve. 8 Hazme oir gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido. 9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti; Y no quites de mí tu santo espíritu. 12 Vuélveme el gozo de tu salud; Y el espíritu libre me sustente. –>
13 Enseñaré á los prevaricadores tus caminos; Y los pecadores se convertirán á ti.

HUMILLÁNDONOS ANTE DIOS

La palabras humildad es sinónimo de reconocimiento, paciencia docilidad, vergüenza, obediencia. Por tal razón cuando nos humillamos delante de Nuestro grandioso y poderoso Dios reconocemos lo que somos, lo que hemos hechos, le hacemos saber a Dios que estamos avergonzado de nuestras faltas y pecados. En estos versículos vemos como el salmista David reconoce que ha fallado y viene delante de su Dios y le pide, le ruega que le perdone sus faltas y rebeliones, o sea se humilla y al misma tiempo engrándese a su Dios, le hace saber que esta cansado de pecar, por que el sabe que en pecado lo concebíos su madre.

Podremos ver que a Dios le gusta que nos humillemos ante el, que le pidamos perdón, que tengamos ese momento de intimidad con el, declarándole nuestros pecados, nuestras faltas y errores y haciéndole saber que estamos arrepentido de ellos y que estamos dispuestos a cambiar. Purifícame con hisopos y seré limpio, lávame y más blanco que la nieve yo seré. ´´ Sabemos que cuando tenemos una herida, esta la limpian cuidadosamente con hisopo y alcohol y aunque nos duela, aunque en el momento nos moleste y nos pique esto hará que mañana o en tres día esa herida no se infecte. Sabemos que duele mucho, cuesta trabajo tener que dejar muchas veces las cosas que nos gustan, los viernes de party o fiesta, tener dos tres mujeres, un trago con los amigos. Eso nos molesta, nos cuesta nos pica en la herida, pero te aseguro, te prometo que mañana no habrá una infección incurable que nos cause perder un miembro o hasta la muerte.

Hazme oír gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. Crea en mí, OH Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti; Y no quites de mí tu santo espíritu. Vuélveme el gozo de tu salud; Y el espíritu libre me sustente. Enseñaré á los prevaricadores tus caminos; Y los pecadores se convertirán á ti.

Ya para finalizar; podemos ver que el salmista sabe que con sus fuerzas no puede hacer nada, que con el corazón pecaminoso que tiene no es nadie y le pide a Dios “CAMBIAME EL CORAZON” pidámosle a Jesús que nos de un nuevo corazón por que con el que tenemos no podemos seguir, dame nuevos ojos, nueva voz y te prometemos predicar tu evangelios a las armas perdidas.

Hoy es el mejor día para buscar de Dios, para ir en lo mas intimo y pedirle a Dios que quieres entregarle tu vida a el, que estas cansado de tratar de engañarle aun siendo cristiano, que reconoces que El es omnipotente, que el todo lo ve y todo lo sabe.

Que Dios te bendiga mucho

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